Conduciendo en la izquierda
Bueno, antes que nada, tengo que pedir disculpas a los lectores asiduos y a aquellos que visitan esporádicamente. Tengo muuuucho que no escribo y tengo muchos temas pendientes por documentar. Siempre se hace más difícil saber por dónde empezar cuando uno quiere ponerse al día con todo lo que tiene pendiente por decir y compartir. Así que mejor decidí comenzar a escribir y ya. A escribir lo de hoy, y si luego van llegando las demás ideas, pues bienvenidas.
Wat es nuestro chofer provisional. Unilever nos lo asignó desde que llegamos con un carro de la empresa hasta que tengamos el nuestro, que por razones misteriosas todavía no lo tenemos. Cuando lo recibamos tenemos que decidir si contratamos un chofer o no. Hasta ahora ha sido muy difícil el tema de transporte aquí ya que además de que la ciudad es impenetrable, incomprensible, laberíntica, los letreros están escritos en caracteres rarísimos (igualitos al tailandés), sucede también que los carros van del lado izquierdo de la calle y el conductor va del lado derecho del carro... toda una nueva experiencia para nosotros.
Bueno, aquí se celebra la semana santa pero de distinta manera. Se llama SONGKRAN y es la celebración del año nuevo aquí, que será el 2550 la semana que viene. Wat se tomó sus vacaciones para visitar a su familia que vive a 600 Km de Bangkok. O sea, nos quedamos sin chofer... pero con carro. Ayer decidimos lanzarnos a la aventura de ir al cine por primera vez desde que nos mudamos (fuimos a ver Zathura, que es como Jumanji 2). Luego de andar un ratito por el lado derecho de la calle comencé a ver que la cosa no es tan difícil. Lo extraño es cuando uno tiene que doblar en una intersección o cuando uno tiene que rodear una rotonda... POR LA IZQUIERDA!!! Uff!! Bueno, sobrevivimos. La película, chulísima. Hoy salimos otra vez (cerca, pero salimos) y ya comienza uno a adentrarse más en la cultura, la gente y a aceptar nuestro nuevo destino. El simple hecho de manejar, de tener el control me dio una nueva visión sobre Bangkok que me está ayudando a sobrepasar el choque cultural que me estaba impidiendo avanzar a la velocidad requerida en esta tierra.
Qué chévere es manejar!
Wat es nuestro chofer provisional. Unilever nos lo asignó desde que llegamos con un carro de la empresa hasta que tengamos el nuestro, que por razones misteriosas todavía no lo tenemos. Cuando lo recibamos tenemos que decidir si contratamos un chofer o no. Hasta ahora ha sido muy difícil el tema de transporte aquí ya que además de que la ciudad es impenetrable, incomprensible, laberíntica, los letreros están escritos en caracteres rarísimos (igualitos al tailandés), sucede también que los carros van del lado izquierdo de la calle y el conductor va del lado derecho del carro... toda una nueva experiencia para nosotros.
Bueno, aquí se celebra la semana santa pero de distinta manera. Se llama SONGKRAN y es la celebración del año nuevo aquí, que será el 2550 la semana que viene. Wat se tomó sus vacaciones para visitar a su familia que vive a 600 Km de Bangkok. O sea, nos quedamos sin chofer... pero con carro. Ayer decidimos lanzarnos a la aventura de ir al cine por primera vez desde que nos mudamos (fuimos a ver Zathura, que es como Jumanji 2). Luego de andar un ratito por el lado derecho de la calle comencé a ver que la cosa no es tan difícil. Lo extraño es cuando uno tiene que doblar en una intersección o cuando uno tiene que rodear una rotonda... POR LA IZQUIERDA!!! Uff!! Bueno, sobrevivimos. La película, chulísima. Hoy salimos otra vez (cerca, pero salimos) y ya comienza uno a adentrarse más en la cultura, la gente y a aceptar nuestro nuevo destino. El simple hecho de manejar, de tener el control me dio una nueva visión sobre Bangkok que me está ayudando a sobrepasar el choque cultural que me estaba impidiendo avanzar a la velocidad requerida en esta tierra.
Qué chévere es manejar!
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