Yil, the medieval knight!! 25-Mar-04
En el término Ene-Mar, Yil estaba estudiando el medioevo con todos los personajes que lo habitaban. Desde el principio comenzaron a recolectar material recilable para hacer todos sus proyectos, entre ellos decorar todo el pasillo de entrada de su clase como si fuera un castillo medieval. En la clase se dividieron en grupos para hacer castillos con los materiales colectados. Al final del término, los padres fuimos invitados a la inauguración del día medieval donde presenciamos tres danzas medievales bailadas con música en vivo y grabada. Uno de los bailes que hacían en una ronda, los hombres trataban de cortejar a sus parejas y ambos mostraban su puño en forma amedrentadora. También fuimos paseados por los distintos pasajes construidos por ellos mismos. Un dato importante: Yil tenía que ir vestido con una indumentaria de la época, y tenía que hacerlo él mismo con material reciclable en casa.
Así, Papi y Yil emprendieron la tarea de transformar en vestimenta, todo tipo de cajas, rollos de papel de baño, hojas usadas, papel de aluminio, etc. que acumularon con la ayuda, claro está, de Nana.
Dos bolsas de tela que nos dieron en el New Zeland Day (para poner dentro un cojín redondo) se convirtieron en los pantalones y la camisa. O sea, imaginen una bolsa de tela con una soguita para apretarla, luego le hicimos unos hoyos en los extremos de la parte tapada y un hoyo en el medio para pasar la cabeza. Listo! Una camisa medieval. Los pantalones fueron similares y ambos se ajustaban en la cintura con la soguita que traían las bolsas.
Un par de cajas de galleticas Ritz rellenas de queso sirvieron para hacer el caparazón de la armadura, tanto la parte frontal como la posterior. Con una perforadora, hicimos agujeros para amarrar las corazas dejándoles movilidad suficiente para poder accionar entre otras cosas la espada (la espada… je je). Yil pintó la armadura con témpera. Hizo unos dibujos geniales (no sé lo que eran, pero hacían lucir la armadura más real). Les decía de la espada, tomamos 6 rollitos de papel de baños (totoretos, como les dice Arodis) y los aplastamos insertándolos unos dentro de otros y forrándolos con papel de aluminio. Una espada de verdad!! Hasta hicimos un cinturón de cartón que Yil mismo se ataba a su cintura con un sistema meticulosamente diseñado para ceñirse a su cintura perfectamente.
Al final del despliegue medieval, los caballeros y las damas fueron al comedor del castillo a deleitarse con un enorme banquete hecho por todas las familias del reino.
Mientras hacíamos el traje medieval, vinieron unos vecinitos que son compañeros de Yil y les encantaba vernos trabajar. No obstante uno de ellos dijo: My father does not make the costume, he buys it”. Yil estaba muy orgulloso de su trabajo y aunque me asustó que pudiera darle envidia los muchos que fueron comprados en vez de hechos en casa con material reciclable, él desfiló y luchó con todo su honor cual caballero de la corte de Rey Arturo. No se pierdan las fotos.
Así, Papi y Yil emprendieron la tarea de transformar en vestimenta, todo tipo de cajas, rollos de papel de baño, hojas usadas, papel de aluminio, etc. que acumularon con la ayuda, claro está, de Nana.
Dos bolsas de tela que nos dieron en el New Zeland Day (para poner dentro un cojín redondo) se convirtieron en los pantalones y la camisa. O sea, imaginen una bolsa de tela con una soguita para apretarla, luego le hicimos unos hoyos en los extremos de la parte tapada y un hoyo en el medio para pasar la cabeza. Listo! Una camisa medieval. Los pantalones fueron similares y ambos se ajustaban en la cintura con la soguita que traían las bolsas.
Un par de cajas de galleticas Ritz rellenas de queso sirvieron para hacer el caparazón de la armadura, tanto la parte frontal como la posterior. Con una perforadora, hicimos agujeros para amarrar las corazas dejándoles movilidad suficiente para poder accionar entre otras cosas la espada (la espada… je je). Yil pintó la armadura con témpera. Hizo unos dibujos geniales (no sé lo que eran, pero hacían lucir la armadura más real). Les decía de la espada, tomamos 6 rollitos de papel de baños (totoretos, como les dice Arodis) y los aplastamos insertándolos unos dentro de otros y forrándolos con papel de aluminio. Una espada de verdad!! Hasta hicimos un cinturón de cartón que Yil mismo se ataba a su cintura con un sistema meticulosamente diseñado para ceñirse a su cintura perfectamente.
Al final del despliegue medieval, los caballeros y las damas fueron al comedor del castillo a deleitarse con un enorme banquete hecho por todas las familias del reino.
Mientras hacíamos el traje medieval, vinieron unos vecinitos que son compañeros de Yil y les encantaba vernos trabajar. No obstante uno de ellos dijo: My father does not make the costume, he buys it”. Yil estaba muy orgulloso de su trabajo y aunque me asustó que pudiera darle envidia los muchos que fueron comprados en vez de hechos en casa con material reciclable, él desfiló y luchó con todo su honor cual caballero de la corte de Rey Arturo. No se pierdan las fotos.